Disfruta de la siesta
Es una costumbre muy nuestra, más extendida en verano, aunque hay muchas personas que la tienen como hábito todo el año, y es especialmente beneficiosa cuando existen algunas patologías digestivas. Su denominación tiene origen en la “hora sexta” romana, que se corresponde con la sexta hora de sol, entre las 12 y las 14.
El calor es un factor condicionante en el hábito de dormir la siesta. En los países cálidos, donde la temperatura ambiente al mediodía es muy elevada, se suma el sueño que provoca una copiosa comida, y, por tanto, estas condiciones favorecen el hábito de la siesta.
Por este motivo, la costumbre de dormir después de la comida es un hábito más propio de los climas cálidos, mediterráneos y tropicales, aunque ya se está “exportando” a otros rincones del mundo.
Características
La duración, el lugar, el momento y las condiciones que debe tener la siesta son imprecisos. ¿Cuánto debe prolongarse? La mayoría de los expertos opinan que el tiempo ideal de siesta oscila entre los 20 y los 30 minutos. La razón que esgrimen para ello es que el sueño inicial es el más profundo y eficaz, y que si se alarga, puede interferir con el descanso nocturno, trastocar el reloj biológico natural y causar insomnio durante la noche.
En cuanto al lugar, la siesta puede ser en la cama, en una hamaca, un sillón, sofá o cualquier lugar o sitio donde uno se encuentre cómodo y tranquilo, en penumbra o en sombra y pueda estar aislado durante un período corto de tiempo.
Tradicionalmente, suele hacerse después de la comida del mediodía, aunque existe una siesta antes de comer, conocida como la “siesta del carnero“, que también tiene un efecto reparador y que está provocada por el cansancio generado durante la actividad de la mañana.
Las condiciones de la siesta vienen dadas por la ingesta previa de una copiosa comida, el calor y el hábito de dormirla, ya que las personas que se aficionan a ella, luego no pueden prescindir de realizarla.
Influencias del sueño sobre la salud
Dormir es tan necesario para la vida como comer o respirar. La calidad y cantidad de horas de sueño tiene una relación directa e influye de forma inmediata sobre nuestra salud y nuestro bienestar. El sueño es una forma de vida reparadora, que se caracteriza por una situación de inconsciencia, que es posible interrumpir mediante estímulos. Durante el sueño se produce en nuestro organismo y en nuestra mente una intensa relajación muscular y psíquica. Esta relajación mejora la oxigenación de diferentes órganos y sistemas, permitiéndonos la recuperación de energías.
Efectos de dormir tras la comida
Muchos expertos opinan que la siesta de no más de 30 minutos mejora la salud en general y es un hábito o una costumbre que favorece la actividad ulterior y el bienestar. Su duración tiene importancia, pues muchas personas, si prolongan en exceso el tiempo de siesta, no presentan los beneficios esperados, sino, muy al contrario, muestran malestar, cambios de humor e irritación.
Dormir después de la comida del mediodía mejora la salud en general y relaja el cuerpo y la mente. Es una forma natural de “recargar las pilas”. Tiene un efecto positivo sobre la relajación y el tratamiento del estrés, mejora el nivel de atención y memoria y proporciona la facultad de prolongar la jornada de trabajo o el tiempo de vigilia hasta bien entrada la noche.
Beneficios
- Relajación muscular y psíquica con alivio de la tensión y el estrés.
- Recuperación de las energías perdidas durante el trabajo de la mañana.
- Mejora ulterior de la atención, la concentración y el rendimiento intelectual.
- Mejoría en el humor, la creatividad y las ideas.
- Descenso de la tensión arterial y reducción del riesgo de infarto.
- Beneficios sobre la piel, la expresión facial y la actitud.
- El sueño es, en cualquier caso, una forma de vida reparadora.